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Querido emprendedor

mayo 6, 2020

Querido/a emprendedor/a:

No sé en qué momento de tu carrera te encuentras ahora mismo. Quizás te estés planteando empezar a construir tu negocio, o puede que ni siquiera te hayas decidido a pronunciarlo en voz alta. Quizás lleves ya algo de recorrido o seas un emprendedor de éxito. Sea el momento en el que te encuentres en tu camino profesional, quiero dedicarte unas palabras. 

Quiero empezar diciéndote que te admiro. Incluso yo misma, habiendo recorrido ya buena parte de mi camino, me sigo maravillando ante la valentía de gente como tú. De verdad. Puede que no te lo creas, puede que pienses que en cualquier momento te van a descubrir en una farsa y que probablemente no valgas lo suficiente. No te puedo explicar la cantidad de veces que me he sentido exactamente igual. De hecho, es algo tan común, que varios expertos le han puesto nombre a ese sentimiento: el síndrome del impostor. Y es verdad que muchas veces nos sentimos como impostores, como que en cualquier momento nos van a descubrir en nuestra supuesta farsa.

Querido/a emprendedor/a, no te creas esas mentiras que tu propia mente te intenta colar. Son jugarretas de nuestras inseguridades y siempre cometemos el error de compararnos antes tan siquiera de mirarnos al espejo. 

Así que te animo a que te termines tu seguramente enésimo café del día (los emprendedores tenemos una relación complicada con el café) y que te mires al espejo ahora, sin comparaciones, y veas realmente lo que hay. De hecho, por si acaso intentas menospreciar esa imagen tan espectacular, te voy decir yo lo que veo. En ese reflejo hay una persona con muchísimo valor, con una valentía increíble y una gran tozudez. Para estar donde estás, se necesita una extraordinaria autodeterminación y un empuje diario. 

 Quiero dejar claro que en tu primer año (si no lo has pasado todavía) vivirás un sinfín de cosas cuyo valor es inmenso. Puede que estés empezando a facturar y cumpliendo objetivos que te motivan, pero también seguro que te estés pegando batacazos y sientas frustración. ¡No menosprecies esos baches! Son oro puro. Esos golpes en el camino de verdad que no solamente te harán aprender, sino que te harán querer aún más tu negocio y, cuando los superes, te harán darte cuenta de cuán valiente eres. Palabra de emprendedora.

Y por último, querido/a emprendedor/a, quiero animarte a que no dejes de aprender. Tu negocio no brillará porque lo sepas todo a la perfección desde el minuto uno. Muchas veces esa es la imagen que que se vende en el mundo de las redes y créeme que es falso. Un negocio encuentra el éxito porque aquellos que lo comprenden saben que no tienen todas las herramientas, y por ende, se ponen manos a la obra para adquirirlas. Para ser un empresario de éxito no es necesario tener grandes dotes, sino gran determinación. 

Así que, querido/a emprendedor/a, quítate de la cabeza esa idea de que no vas a alcanzar tus objetivos porque no se te da demasiado bien X o Y, porque siempre habrá alguien que sea mejor que nosotros en algo. Una vez arrancada esa idea, imprégnate con la conciencia de que tu éxito está de verdad en tus manos, esas manos de las que a veces desconfías. Y créeme que es un éxito admirable el que te espera. 

Querido/a emprendedor/a, estas palabras me las digo a mí misma, a mi yo de hace unos años. Ojalá hubiese sabido esto al principio de mi carrera, porque habría disfrutado mucho más de cada parte.

Te animo a que no dejes de repetirte todo lo que vales y que recuerdes que eres verdaderamente admirable. 

Con ganas de ver todo lo que aportas,

Andie

 

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